(Yo) A besos el mate y (tú) el dulce a cucharadas


Me cansé de esta angustiosa soledad
y sólo para distraer a la ansiedad
Con sangre, tu recuerdo, me puse a cebar.

Con mil besos a la bombilla hirviendo
borré de mis labios todos tus excesos.

Cuando me dispuse a no beberte
yerba sudaca, de tu infierno volviste,
insoportable esencia aguamarina
a convertirme a fuego lento
en dulce de leche andina, clandestina,
para consumir a cucharadas mi universo.

Dejas caer de tus manos mi cuerpo yerto
sobre las lunas medias de tu ser abyecto
y luego compartes con “ella”
facturitas de manteca
acompañadas de mentiras
y amargos sueños nuevos

Aves y Alacranes


“¿Lograrán tus alas ahuyentar
las sombras D’ mis desechos?”
-Jaime Coello-

Me enteré que se te fue un poco de vida
en arrancarle las alas a la que vuela:
grabar tus sueños en aquel cuerpo,
-¿esbelto?-
dejar en sus costados un par de heridas
para ahuyentar tus deshechos.

Sin ser amante de tu boca, de tu voz, de tu anhelo,
ofrecí mi vuelo como amuleto:
que te sirva para seguir volando ajeno
y cicatrizarme en tu afán de aferrarte al viento.

Pero estás condenado a la tierra,
a ella te aploman soledad y tristeza:
antes que tu sinople aguijón inocule en mi pecho,
caerás al pantano de mi sombra
en impostergable abatimiento.

Letanía


Mujer-alma encadenada al silencio.
Mujer-calma perdida con el tiempo
Mujer-noche eterna, antiguo consuelo

Mujer-quimera espejismo de ensueño
Mujer-estrella tatuada en el cielo
Mujer-niebla encarcelada en su aliento

Mujer-lealtad infame felonía
Mujer-mentira ingenuamente urdida
Mujer-falacia amuleto del amor
Mujer-estatua hecha a golpe de cincel

Mujer-bruma difundida en el viento
Mujer-luna derramada en el agua.

Mujer-principio y fin de mi camino
Mujer-muerte marcada en mi destino
Mujer-vida inerme esbozo de mi alma
Mujer-sombra adherida a mi piel

Mujer, ven a sentarte a la orilla del aire.
Mujer de nadie apaga el eco de mi voz.

Ketzalli: México DF, 1982.
Estudiante de Lengua y literaturas hispánicas (UNAM). Hace mucho, mucho tiempo, comencé a escribir, pero hace muy poco que comencé a formarme como escritora. Y de eso me di cuenta porque hace mucho más poco tiempo alguien me dijo: “es lo único que tomas en serio” (y tal vez sea cierto).

No sé cuándo me convencí(eron) de que, en algún momento estas cosas llegan a ser útiles, aunque aun no logro descifrar para qué. Primero te preguntan si tienes blog, luego, que por qué no. Y si no, pos entonces te piden reseñas biográficas para hablarle de ti al mundo. Y qué puede hacer uno en esos casos. Cómo defenderse de semejante ataque. Y a estas dos interrogantes sigue una enooooooooorme lista... Quién soy. De dónde vengo. Para dónde voy… Por qué escribo... bla… bla… bla…
Hablar de mí, sin comprometerme al mismo tiempo, es imposible; siempre estoy diciéndome y desdiciéndome. No termino de ponerle punto a una oración cuando ya la siguiente está proponiendo una coma.

Si por un lado estoy yo tratando de venderme una nueva convicción, por el otro lado sale otra yo para hablarme de lo patética que resulta esa idea. Y esto podría bien resumirse en un poema de Oliverio Girondo que, según yo, también habla de mí, o por lo menos retrata a la que estoy intentando ser ahora.

Así que no intento conocerme, ni descifrarme, ni entenderme, ni siquiera intento convencerme. Soy sólo uno de los muchos reflejos de mí misma.

Una costumbre que se tiene en este mundo de las letras publicadas (por lo menos en las impresas) es dedicar la obra a alguien… Así que: ¡Que Dios reparta suerte y... ¿Va por ustedes?!

"La Luna se está peinando... en los espejos del río. Y un toro la está mirando... entre la jara escondido"

De todas las cosas que más me gustan en la vida, tal vez, las más importantes se reflejan en una canción:

"Cuando llega la alegre mañana, y la luna se escapa del río, el torito se mete en el agua, embistiéndo al ver que se ha ido... Ese toro enamorado de la Luna..."


Este blog es para mí, para no olvidarme y, en una de esas... compartir: lo que soy, lo que me gusta, lo que veo, lo que siento, lo que no quiero, lo que espero...
REALIDAD EFÍMERA

“Una mujer soñada encarna siempre en una forma amada”
-Octavio Paz-


Estoy hecha de la materia de los sueños.
Vivo para robar el brillo de la luna,
y afligir la sonrisa de los mimos;
soy el eco agobiado de tu musa
y obligado sendero hacia la tumba.

Estoy en tus sueños, si no duermes,
soy la causa inconfesable de las cosas,
el cause incorruptible del destino;
soy tu caso perdido, asesino.

A veces, cuando no amanece,
sólo para no cantar,
me convierto en ave,
y le pido prestada la voz al aire.

Pero como siempre… amanece…
Dejas de soñar y yo de ser materia.
No eres mío, ni mimo, ni asesino…
Y yo no soy ave, que le canta a nadie,
ni siquiera musa,
ni siquiera intrusa...
ni siquiera luna.