Alma bella**


Y tú alma bella que restriegas tu belleza a mi cuerpo,
criatura creada a imagen y semejanza de una lejana noche de amor de la que únicamente yo debiera acordarme, debiera

Especie de canción contra la cual se estrella mi espantosa memoria ciega, tierna especie de nada, palabras como golondrinas en un granero vacío.

Y tú, porque esta invocación deja de ser un lugar común cuando se trata de ti que en nada te distingues de las otras como no sea por el exceso de tu alma.

Invocación tú que eres como el amor un lugar común tan difícil para mí de intercalar en mi vida que ahora mismo no sé qué hacer contigo quizás destruir este poema estoy sinceramente vacío no gano nada con emocionarme mientras te hago esperar...

No quieres comprenderlo ni yo puedo decírtelo; por las palabras empieza mi temor por ellas de las que me he servido demasiado tiempo para orillar este silencio al que me siento ligado como un loco a los tormentos del mar, en los malecones.

Es una asfixia hablar, dar las explicaciones que nunca aclaran nada, destruir con la palabra lo que se ha construido sin ella: el poema de circunstancia la alegría de un momento es una asfixia

Se vive en esto cuando se ha perdido la vocación de lo eterno y el alma pasa a convertirse en un malestar más en un bienestar pasajero o en una tempestad para orillarla en los momentos de locura, pero tú que no eres más que una especie de canción desprendida de la memoria por donde este viento con su crueldad inveterada sopla de nada te servirá inclinarte, vuelas, y ninguna metáfora que te convierta fácilmente en un juguete nuevo de la tempestad dará una puta idea de lo que para una muchacha significa perder por un momento un alma como la tuya me abstengo: dejo a un lado la flor y el fruto pienso más bien en el miedo y en la náusea sinceramente vacío y en cómo una ciudad entera puede convertirse como por arte de nada en una tierra de nadie: esta ciudad demasiado real para tu historia en que la historia reina como en una colmena fecundándolo todo.

Es lo que yo he vivido hasta el cansancio cualquiera pensaría que me he propuesto vengarme de ti de los deseos infantiles reprimidos o algo por el estilo,
de ti que eres una invocación esperándome a cada vuelta de mi insoportable retórica como decírtelo, inocencia: soy la literatura el viejo inofensivo ojalá

Necesitaba amarte así fue devorada caperucita en el bosque cuestión de instinto carnicero pero por sobre todo de cuentos infantiles que terminan bien contra viento y marea, lobo y bosque.

No has perdido uno sólo de tus cabellos en mi vientre

Aquí estás intacta en lo que digo de ti intocada como lo estará siempre un alma digna de este nombre, perdóname, y un cuerpo para el que la palabra alma no tiene más sentido que para los pájaros su propio canto incontenible

Yo seré -este es mi papel- nada más que un momento ni siquiera un castigo a tu distracción a tu desobediencia estamos cansados de todo esto, un momento de angustia en lo oscuro: el extranjero
que desespera por unirse a la vida en una ciudad como esta, a la vida de la que tú eres, después de todo, una pequeña imagen fiel a semejanza del amor a la vida, inolvidable.

-Enrique Lihn-

**de La musiquilla de las pobres esferas.

Hace días que no puedo aterrizar nada pero este blog está abandonado... hace un rato me tropecé con Alma bella; se me antojó compartirlo y, tal vez, dedicarlo.