apuntes desvariantosos

Hace tiempo, los fines de año eran apenas soportables... solía encerrarme en casa, con una botella de lo que fuera y tal vez la compañía de algún alguien igual amargo que yo. Mi férreo rechazo a las fiestas era medio estorbozo, yo no quería estar con nadie, y mis amigos (esos a los que sí les nace el espíritu navideño) insistían en invitarme a pasarla en su casa "en familia"... nadie lo consiguió y yo lo agradezco, pero (al pasado) no gracias.

Hoy las cosas son distintas: sigue sin gustarme la onda advientosa, pero ya no peleo, es más, hasta pregunté qué íbamos a hacer en navidad. Sucede que hoy estoy fragmentada, parece que esa yo que se resistía sigue haciéndolo y no quiere irse, ha perdido fuerza pero persiste. Aunque la vida me cambió y ese "tópico de vidrios" que es el Duende, vino a romper (en serio) todos los esquemas, aún queda esa maltrecha y rara costumbre de negarme y ver para atrás y darme cuenta de cuántos saltos ha dado la vida.

Por estas fechas me siento a contemplar la pasarela de recuerdos, pongo un puntito de atención en ciertas personas, en ciertos actuares y apunto; en este desfile de memorias identifico ciertos aspectos con cara de nave, de esas que deben quemarse para poder acabar con esa parte de mí que aún se pelea con los últimos de diciembre. Ando dando vueltas sobre mi eje para ver cuál es el lado que más pronto agarrará fuego; parece que será el lado de los arrebatos, esos que casualmente coinciden con finales de año, esos que vinieron a rescatarme de un lastros nosotros para convertirlos que se convirtieron en los futuros que no fui al lado de nadie. Todo comenzó porque pensaba yo hace un rato que muchas personas deciden por despecho; me sentía yo amargosamente decembrina y me decía: cuando esas personas actúan por despecho, se chingaron, aunque sea un ratito. Yo, repito, siempre arranco, pero nunca por despecho, así que esa acotación me hizo pensar en que en realidad nunca me chingué, jajajaja.

Recuerdo uno triste (de esa tristeza frustrante casi adolecente) que ocurrió un 31 de diciembre: un sueño se murió. En retrospectiva parecía canción de José Alfredo aunque tendríamos que saltarnos lo de la navidad. Me pregunto si aquél se sentiría muy mal al saber que en realidad nunca pude soñar con esa niña que tanto anhelaba; lo cierto es que él tampoco la soñó conmigo… la soñó para sí y conmigo no fue, será de alguna otra que, por lo demás, nunca tuve ganas de ser yo.

Pienso también en otro futuro más añejo que qué bueno que no fue, y qué bueno porque en ese me miraba yo con un chorro de hijos y mal tratada, como escopeta vieja, pues… detrás de la puerta. Lo bueno es que terminó, junto con ese año aciago... mucho tiempo después escribió mi nombre con altas, pero hablaba de una yo que había dejado de ser hacía mucho tiempo para él y para muchos.

Recuerdo (como nota al margen) que hoy hace cuatro años don Manuel agonizaba, a mí se me antojó pensar que iba a levantarse, que era una más de sus inocentadas... pero no, no más, había acabado con sus no sé cuántas vidas: "se me murió mi gato, hija", fue lo primero que dijo mi abuela cerca del metro Sevilla a las últimas del 30 de diciembre de uno de esos años, el treinta y uno lo enterramos en no sé qué panteón y nomás no lo he vuelto a ver.
 
Pensando en otra inocentada que no fue, hace también años alguien que no era nada mío (ja) terminó conmigo, que podíamos ser amigos (ja), dijo y yo me enojé. En cuanto él salió por la puerta, yo fui a comprar una lavadora. Se estaba cerrando otro ciclo y el orgullo había quedado re madreado. Según yo nos di por muertos pero sobre un tapetito verde nos dimos cuenta que no se acabó.
 
Luego, entré a un lugar a donde solía ir a guarecerme y que alguien besaba a otro alguien que no debería estar besando. No hice nada. Me di la vuelta y volví a casa. Luego él llegó y me preguntó si quería que me devolviera mis llaves, asentí en silencio. Luego me invitó a tomar un trago y dije que sí.

Otros dos arrebatos me hicieron abortar la psicología, el primero sí me dolió y recuerdo que un querido amigo,del que la distancia no puede separarme, dijo: "No mames, Ketzalli, nunca había visto lágrimas tan grandes... es dantesco verte llorar", pero no cesó el llanto ni se resolvió el asunto pero se acabó ese año. Gracias al segundo, sigo estudiando Letras en la UNAM.

En otro de esos finales de año me enteré que alguien a quien yo quería andaba con la mujer de otro. Mi primera reacción fue hacer una pausa. ¡¿¡¿¡pausa!?!?! ¿Por qué no me enojé, ni me ofendí, ni tuve la necesidad de mandar todo al diablo como siempre? Por qué no salí corriendo para alejarme de una yo que no me gustaba ser... recordé a los otros que estuvieron en ese mismo tiempo y recordé que antes había matado a la que creía en los compromisos y la exclusividad sexual y demás pavadas; que ese orgullo estúpido que siempre resultaba herido, expiró sé muy bien en qué momento. Supe que había crecido no sé de qué manera y mi vida amorosa había cambiado, sólo hubo una duda ¿realmente había terminado? ¿sería capaz de intuir los encuentros dejando fuera los fantasmas?... no me pregunté más, dejé correr el tiempo... supe que era realmente libre y pude andar sin esperar.
 
Las decisiónes que tomo desde hace tiempo no son las más meditadas pero parecen ser las que mejor funcionan, gracias a ello pude urdir pacientemente la vida que ahora tengo, esta en la que el final ya no importa ni estorba; esta en la que el amor y la familia no son una fórmula ni un concepto.

La que persigue.

Entré al blog hace unos minutos y me di cuenta que lleva días, semanas, abandonado; antes de hoy, la penúltima entrada (escrita) tiene poco menos de un mes; ha comenzado el nuevo ciclo de uno de mis más viejos tópicos: lo taurino; por otro lado, el título del post hace referencia a otro, las tortugas.

Voy por el segundo,,, cuando mi papá me conoció, me dijo "hija de la tiznada"... más tarde, antesito de salir del hospital, me envolvieron en una cobija café (que aún conservo); mi señora madre cuenta que él dijo que parecía una tortuga, metía y sacaba las manos y la cabecilla en la cobija... entonces él comenzó una colección de tortugas. En la sala de nuestra primera casa había un esquinero para ellas. Se veían bonitas todas sobre los cristales, pero cuando se acumulaba el polvo había que quitarlas todas para limpiar y reacomodar; tal vez tengo que restar exageración, pero según recuerdo eran como seiscientas (tssss).

Nos cambiamos de casa y a la nueva no llegaron todas, la colección le dejó su lugar a otra, una de artesanía popular que también se ha mudado. De la mía, conservo algunas a las que les sumé otras que ahora están en una pecera redonda, dentro de un huacal en el estudio... es difícil pensar en deshacerme de ellas.

Resulta que mirando a las tortugas, pensé en la fábula esa en donde una le gana a una liebre. Sucede que el próximo lunes debo entregar un trabajo de investigación sobre El perseguidor, de Cortázar. En realidad la tortuga no persigue a nadie, y podría parecer que nada tiene que ver con el trabajo que debo hacer, pero yo sé mi cuento.

Luego, en la entrada esa a la que me refería en el inicio, se habla de otra persecución y en fin.

Ahora bien, retomando el primer tópico, a mi parecer en la lidia también hay una especie de persecución en donde nadie es perseguido y a su vez todos tratan de alcanzar algo, como Johnny.

Mmm... creo que es tiempo de dejar de desvariar.

Apenas hoy me amaneció el invierno.

Apenas hoy me amaneció el invierno, aunque le presediera su horario con tres días de anticipación... la mañana anegada de nubes me hizo sentir una extraña calidez, como si un nuevo comienzo anunciara calma al lago nominal que soy.

pruebas, pruebas y más pruebas

                       

referencia cruzada

Ayer fue un día largo, cuaresmal. En Siglos de oro II analizamos a Quevedo, alguno de sus Sueños. Luego me enteré de que hay que leerlos completos y fui a sacarlo de la Central. Abriendo abriendo el libro me encontré la siguiente cita: et canis is somnis leporis vestigia etrat - en sueños sigue el perro ladrando el rastro de la liebre.

Entonces subió a mi cerebro un golpe de sangre revelador: el futuro que un@s no alcanzaron se convierte un pasado para otr@s, más afortunad@s.

Yo hoy me siento como la liebre que pasó, y mi presente es el rastro de un futuro no alcanzado, y alguien, sin saber, me ladra en sueños ; yo hoy me siento como río que corre libre, porque no tiene necesidad de quedarse, porque el cauce que me contiene no acaba y hay pecesitos que me recorren de principio a fin.

Me siento satisfecha de haber abandonado la Psicología para embarcarme en las Letras hispánicas; soy feliz de que ese futuro que entonces me acechaba sea un pasado cuya huella cada vez es más tenue, sólo un recuerdo amable; me siento satisfecha con mi pasado y con el pasado de quien  me contiene y quien me conmueve, aunque el mismpo perro nos ladre a los tres.

otro domingo, con mucho sol

Escribo los domingos, en la noche, una vez que el duende se durmió... escribo los domingos porque me gusta creer que iré a dormir temprano; escribo los domingos porque estoy dizque tranquila, porque aún no comienza la Temporada y a esta hora estoy en casa; porque se supone que es el último de los siete y el siguiente es comenzar de nuevo y esperar a que termine el miércoles y otra vez ya no poder más.

Hoy escribo porque estoy contenta, tranquila, apasiguada. Amo que las cosas estén como están, que hayan sido como fueron, que sean como tengan que ser, como yo quiero, como él quiera... amo que sea tan despistado, tan distraido; que consiga alterarme con alguna tontería, que logure estremecerme con alguna nimiedad.

Amo ese par de abismos negros, deboradores, en donde los días terminan de consumarse, de consumirse... adoro ese abrazo que me pongo cada noche; amo nuestros cambios de opinión; amo la flexibilidad que nos hace perder el equilibrio, la que me zambute en la boca palabras que un día dije.

Amo esta desquiciante sensación de sentirme como me siento.

sintítuloporfaltadecreatividá!

Querido diario: (jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajajajajaja). Sorry, estoy aburrida, agotada, desvelada, mordisqueada, un pelín estresada.

Aburrida porque ya es noche y el duende duerme y mi amor trabaja (fuera de la jaula).
Agotada porque los escolapios de secundaria son como zanguijuelas (¿o sanguijuela?).
Desvelada porque a los días le faltan horas, desperdicio con facilidad las que me asignaron.
Mordisqueada porque el duende tuvo un ataque de lo que haya sido y me mordía y me embarraba su nariz y sus cachetotes en mi carita.
Estresada porque mañana comienza el primer periodo de exámenes en la secundaria y la próxima semana en prepa.

Sé que debería estar enfocada en hacer los mentados exámenes (que en nada me convencen, claro)... debería, en cambio estoy  aquí compartiendo el desfasado tiempo que  nunca es un punto de encuentro.

Todo comenzó porque me preguntaba qué pasa por sus cabezas una vez que por sus ojos entran las tremendas faltas de madre... digo, de ortografía, que suelo aventarme cuando me pongo a escribir a estas horas y le pucho en "publicar entrada" sin antes leer lo que digo.

Mientras peras o manzanas dejo aquí mis más sinceros "ups"...

Iliana: gracias por las lágrimas. Un abrazo desde este valle hasta aquella perla.

remembraciones

Dije 'remembraciones' arbitrariamente, porque esto va a ser como reconstruirme, porque hace un rato me dispuse a ver al duende dormir; así no más... decidí quedarme a contemplarla mientras terminaba el biberón y el sueño la inundaba poco a poco. Al mirarla tan tranquila volé hacia atrás: 16 de diciembre de 2009.

Desde que me enteré de que venía en camino, esa fue la fecha probable de parto. Podrían ser dos semanas antes, podrían ser dos semanas después, lo cierto es que esa era la fecha de término. La penúltima vez que vi a Enrique, dijo: "no creo que llegues, pero si sí, nos vemos el 16"... total que ese miércoles amanecí "rarita", cuando despertó mi madre (con tres hijos de experiencia) le pregunté cómo se sentían las contracciones "son como cólicos"... nunca he tenido cólicos... "entonces no sé cómo explicarte"... Me entró la paranoia: ¿y si nos vamos a la clínica? -como quieras- pero, ¿y si me regresan? -pues, como veas- ya sé, le hablo a Enrique.

Oiga, doctor, toda la mañana he sentido presiones extrañas en la parte superior de la panza, pero no me duele nada, ¿voy a la clínica? (me acaban de avisar que mataron a un primo, otra "víctima" de "la guerra contra el narco", así que tal vez este relato se vea ligeramente alterado) -jajajaja, no, no te preocupes, tienes cita hoy a las cuatro, ¿no? nos vemos a las cuatro y media-

Entonces me relajé, me bañé, desayuné y me fui al defe con mi má, la ruta fue Cd. Azteca, Centro Histérico y luego Roma norte. Cuando llegamos al consultorio ya me dolía algo más la panza pero nada terrible. Primero preguntas de rutina, que -¿cómo te sientes?- bien, como para irme de aquí a la presentación de Ciudad imaginada, de Alberto Chimal, en Bellas Artes (dato curioso, porque... el muende se gestó entre éste y Los esclavos, del mismo autor, ja), -cuándo quieres que nazca- pues si se vale elegir, pues antes del 22,    -bueno, vente para acá, pero ya no vamos a grabar este ultrasonido porque a estas alturas ya no se ve nada- y que luego el duende gira la cabeza y parpadea y según él -esto casi nunca se ve perodisfrútalo porque ya no lo grabamos y ahora ponte la bata... todavía no había encajado pero no pasas de mañana... y si te vas a Bellas Artes caminando, en una de esas nace en las escaleras"

No supe si decir uff o no maaaa!!!! pero salí del consultorio y no fui al Palacio pero sí a Juanacatlán, por mi CoraSón de sortilegio y un abrazo fuerte y buenos deseos findeañeros y detodosmodosnosvamosahablarantesdequeacabeelaño y un par de tequieros y buenasuertes y total que en el andén leí la dedicatoria y mi mamá preguntó -¿por qué lloras?- porque soy feliz.

Como ella consideró que mis contracciones eran "falsas" y tenía hambre, decidió que era buena idea parar a cenar cerca del metro Chapultepec. Yo ya no tuve hambre, sólo sed: lo que me cupo de agua de sandía entre el muende que se estaba acomodando y la prudencia que intentaba rescatar pa no gritarle a mi madre que estaba yo por pariri y ella con que qué ricas están las flautas.

Como ya no había micros que salieran de Chapultepec a la Villa, nos trepamos a un taxi que nos llevara a Reforma. Como estaba la exposición de nacimientos -¿y si nos vajamos?- ... se hizo el obvio silencio... Pau, la peque de las Torres, iba tomando el tiempo a las contracciones. Llegamos a Indios Verdes. Nos subimos al bus, el dolor iba haciéndose más intenso, aunque todavía era tolerable. Yo respiraba profundo y le hablaba por dentro al muendecito, que estuviera tranquila, que ya faltaba poquitito pa mirarnos a los ojos, para estar juntas de otra forma -¿ahora por qué lloras?- porque sigo feliz, nomás que ahora me duele.

Mi querida madre tuvo a bien sugerir ir a caminar a la Feria de la piñata, era el primer día y el doctor recomendome caminar... /&R$%$$)()((&%$%$##"# ¡¡¡¡¡QUE NO QUIERO CAMINAAAAARRRR!!!! Quiero bañarme con agua caliente y acostarme un rato para descansar aunquesea un ratito.

Llegué, otra vez me bañé, me acosté y dispúseme a dormir. A las 11 de la noche volví a hablarle a Enrique: Doctor, espero no despertarlo, pero tengo contracciones cada tres minutos y ya me duele mucho -intenta dormir, todavía te escuchas muy tranquila- y otra vez, para mis adentros (aunque no tanto como para que no le vibraran las maledicencias al muendecín): /&&/%$#$#%Y)(/&/&%%$ NO PUEDO DORMIIIIRRR!!!

Al veinte para las dos le hablé al leal Cristian, el amigo más antiguo, constante y leal que he podido mantener (mi papá y mi hermano andaban en Huejutla) para que me llevara a Texcoco. En algún momento pensé en conducir yo, hacer pausas para contraer mi universo interno pero desistí enseguida. Cristian llegó más enchinga que ya.

A las dos de la mañana yo estaba en urgencias, esperando que me recibieran y con la ligera sospecha de que podrían regresarme, porque se dicen tantas cosas del Seguro... total que no, fue rápido. Señora, viene usted acompañada, para entregar sus pertenencias, se tiene que quedar. Llevaba siete de dilatación, estaba a tres de terminar. Eché mis cositas en una bolsa de plástico transparente, me puse la incómoda bata hospitalaria y pedí unas tijeras (tal vez una semana antes de reconciliarme con el amor, que todavía no era aceptado como tal, una alumna me regaló un chinito rojo, de esos que suponen suerte, lo puse en la muñeca izquierda y mi pedacito de incertidumbre lo ciñó a ella con un par de nudos, tal vez fue ese un augurio). A la hora de la canalización relajé todo el cuerpo, agarré mi fobia a las agujas y pensé en ella, respiré profundo y sentí algo que más bien parecía el tubo de drenaje de una gran ciudad abriéndose paso por mi radial izquierdo.

Luego me pasaron a un cubículo. Conforme iban amontonándose los minutos, me aferraba con más fuerza a los barandales de la cama; hacía fuerza con los brazos para liberar de tensión la parte inferior del cuerpo. Respiraba profundo. "Ya casi, muendecito", le decía... y me lo creía. Había terminado el 16, el 17 avanzaba perezosamente. Los camilleros, asistentes médicos, tocoloquesea, iban y venían... Puje, señora, todavía le falta, necesita ayudarle a su bebé a bajar, porque si no le vamos a tener que practicar una cesárea (no maaaaa, no quiero que me abran, pero tampoco puedo ya hacer esfuerzo).

Enfermera, es mi primer parto, pero creo que se rompió la fuente. -No señora, le acaban de decir que todavía le falta, ya dilató lo necesario, pero el producto todavía no encaja-. Recordé que Enrique dijo: cuando se reviente la fuente, tienes como dos horas para llegar a donde sea, son muy pocos los casos en donde las cosas suceden más rápido.

Entonces, aunque yo no sabía qué hora era, tenía claro que aún faltaban dos horas. La chica de la cama vecina preguntó si me dolía mucho. Mmm... sí, duele, pero no como me dijeron que iba a ser, supongo que todavía me falta.

Tal vez diez minutos después mis ganas de no recibir ningún tipo de bloqueo, ni sedante ni nada, flaquearon: señorita, ¿cree usted que pueda darme algo para el dolor?... -déjeme ver, voy a preguntarle a la doctora; la mentada amable señorita volvió, no había encontrado a la mentada doctora (que seguro estaba tendida en una de las camas coniguas, porque recién le había gritado a otra que dejara de gritar porque todavía le faltaban cinco de dilatación). En esas estábamos cuando sentí EL dolor. Y con toda la serenidad de la que creo nunca seré capaz otra vez dije: yo no sé de esto, pero creo que está coronando (lo que sea que haya creído en ese momento que eso significara). -a ver, déjeme ver... CAMILLEROOO-

Por qué no había camillero alguno, ignórolo, pero entre la "doctora" y la fulanita agarraron la camilla y, dando tumbos, me conducían hacia la sala de expulsión... el pasillo no era largo pero el muende terminó de asomar la cabezota en el camino. -Cierre las piernas, ya no puje- O(/&/$$#"##%&/() YO NO ESTOY HACIENDO NADA, y ¿cómo chingados voy a cerrarlas? la voy a aplastar. Nació en la camilla. Al mirarla entre mis piernas, estiré la mano y le acaricié la cara. Estaba blanca, cubierta de la cosa blanca que no me acuerdo si se llama vérnix cebácea o estoy inventando, jajajajajaja... me quitaron la mano "la va a contaminar".

Terminó de salir en la camilla, creo que ya lo dije. Gritó (no lloró), abrió los ojos todavía llena de líquidos varios, se la llevaron, no pude quitarle la vista de encima... alumbré y cesó el dolor. Me alivié (sólo entonces entendí el sentido de la expresión). Volví a sufrir un poco cuando comenzó el zurcido necesario, porque, aunque me libré de la famosa episiotomía, la caraja escuncla se abrió paso como pudo, me abrió a mí, por así decirlo.

Señora, dio a luz a un individuo vivo, del sexo femenino. 51 cm, 2,800 gr. a las 5:55 del 17 de diciembre de 2009, Felicidades. Yo no pude decir más que: Muendecito. Y ella seguía mirándolo (lo que sea que eso signifique tomando en cuanta que los neonatos no ven). Luego de un respiro pregunté y tuvo 8-9.

Me llevaron a mi cama y al cabo de media hr., aprox., me entregaron a la criaturita (ja). Peinada y toda la cosa. Hermosa toda ella, blanca, envuelta en una sábana blanca... Entonces el mundo se apagó, éramos ella y yo y el silencio que nos dejaba hablarnos sin decir nada.

"Qué hermoso bebé, se nota que lo hicieron con mucho amor"... supongo que a todas deben decirle lo mismo, pero yo lo creí y no escuché ningún comentario parecido a mi alrededor. El desayuno fue simple, sin chiste: dos rebanadas de pan, con una rebanada de jamón en medio, un plátano, un vaso de agua de algo (tal vez jamaica) y ya... en teoría saldríamos a las doce, pero todo estaba tan bien que prefirieron retenernos hasta las cinco (que era la siguiente tanda de "altas") y eso se extendió hasta las siete.

Me pasaron la bolsa de plástico con mis cositas, la pañalera verde, con su primera ropa verde... y mi mamá nos esperaba en la puerta. Para entonces mi papá ya había llegado y él nos trajo a casa. Hicimos escala en el centro comercial para abastecernos porque, aunque teníamos casi todo, faltaba lo indispensable.

Todo esto pasó por mi cabecita mientras veía al duende dormir, hace un par de horas. Pienso ahora en El Perseguidor, de Cortazar, y en los quince minutos de minuto y medio de Charlie Parker. Pienso en todo esto y escribo para compartir, para que se enteren, para que no se me olvide, para que (si el cyberespacio no colapsa antes de que el muende sepa leer y este blog tiene vida eterna) un día Killari...

Besos... abrazos para todos y teamos para ellos dos.

Domingo 1, en casa.

Qué cosa tan linda ha sido este mes completo... agetreado como él solo. Hace unos días intentaba yo compartir una entrada pero el servicio de internet en el trabajo es pésimo: casi que todo está bloqueado.

Hace un ratito, entre que echaba una carga a la labadora y le ponía las tapas a los "topers", me pregunté pa qué tengo este blog, si la gente que quiero está al pendiente: mis amores están dormidos en la habitación de arriba; los demás están cerca, en el msn, en el face, en el twitter, en el chat... pero... sucede que no siempre coincidimos y luego ya no nos enteramos de las cosas lindas, esas pequeñitas que construyen los días.

Ahí a un ladito, dice que tengo seguidores (algunos), luego están también los que a la hora de seguirme decidieron que no querían hacerlo públicamente pero se mantienen al tanto de´sta felicidat.

Decía yo que ha sido un mes maravilloso. La intensidad comenzó desdel: ¿cómo ves si...?, mi primer Desplante (libro quasicartonero, con tiraje de tres ejemplares) que le dediqué al Duende y a mi Pedacito de incertitumbre; luego, que había que decir "las palabras de no despedida" para mis todavía no alumos de primaria y secundaria: palabras que olvidé leer... sucede que me aterra el público; me encanta que me miren pero... algo raro sucede cuando estoy detrás de algún micrófono.

Después de las dichosas palabras, la confirmación de la carga horaria. Ya no sólo sería maestra suplente de secundaria, sino que ahora iba a tener a tres grupos, más las cuatro materias que ya tenía en prepa, uff... luego jornada de actualización académica, curso de verano, recibir mudanza, comienzo de semestre en bachillerato, primer día solos, la Muestra estatal de teatro, fin de ciclo en la UCM, regreso a la guardería, comienzo de ciclo escolar 2010 - 2011, reconocimiento por excelencia docente... y para cuando me di cuenta el "nosotras" dejó de ser: las cosas mías dejaron de ser sólo mías, las cosas suyas ya no son suyas (jajajaja), la ella que era nomás mía aunque fuera suya dejó de ser propiedad privada y de pronto este párrafo resume un nosotros que no habíamos imaginado.

De los nuncas, pasamos a las primeras veces: la primera vez que amanecimos juntos en nuestra casa, la primera vez que desayunamos en el caos que dejan dos mudanzas simultáneas, Este es el primer domingo que estaremos en casa. Aún hay cajas cerradas y el estudio aún tiene apariencia de bodega; hay ropa sucia, planeaciones pendientes, programas inconclusos, un Silencio en suspenso... y no le aunque, la cosa va agarrando forma.

Un vago recuerdo rulfiano me viene a la mente: "en el lugar donde dicen que uno tiene el corazón, tengo una cosa que brinca de contento", no sé si sea amor, o felicidad, o ternura, o esperanza o todo eso junto, per es eso lo que hoy me sentó a escribirles; eso que no saben de cierto pero suponen (como diría el señor que me acercó a la poesía), eso que les hace sentir ternurita porque nos quieren, eso que los mantiene al tanto de lo que nos pasa.

Besos a ustedes.

Glup!


Ya está, es oficial: estoy loca de contenta.
Además de que tengo una relación!!!! Jajaja
Y nomás porque me siento como bola de nieve:
estoy enamorada y bien correspondida!!!!

Luz de luna

Que tal vez sea un vínculo más fuerte, no la oxcitocina: tienes razón; pensar en ello me nubla los lentes; recordar tus besos me espanta los sueños; el otro día te dije en el Face: tu alma fluye, se evapora y llueve; mi cuerpo es la vasija que la contiene: es cierto, todo eso es cierto.

Que vivo feliz, también; yo crezco y ustedes me acompañan, me fortalecen, me dan motivos. Que mi sornisa es sospechosa, que mi humor es envidiable: tienen que agradecértelo. Que nunca antes me sentí tan libre, así es, fue cosa de entrar por el balcón, posarme sobre tus manos abiertas, anidar en tu pecho; que traigo el sentimiento aferrado a las muelas, atorado en la garganta; que cuando leas esto no tendrás duda; que a ti te hablo, siempre (o casi siempre) en todos lados.

Que la información da poder, yo digo que más bien paz; que hay un verso de un poeta que no te gusta que dice: "te agradezco a tu padre y a tu madre y a la muerte que no te ha visto" o algo así... que, que, que...

textraño y voy por ti a la escuela...

mientras, te dejo hartos besos, que se te embarren en los dedos, que inunden tus pupilas en espera del día que los leas.

Krsna endulza el corazón


Me había distanciado un poco, pero... cuando Krsna se adueña de tu corazón, es difícil permarnecer lejos de Él y lo suyo mucho tiempo... Tal vez la forma más "sencilla" del amor es el servicio. Uno puede servir conciente o inconcientemente; se dice que sólo a través del servicio a un devoto puro, puede el alma alcanzar la eterna morada; Krsna es tan misericordioso que acepta el servicio de sus devotos en cualquiera de sus "presentaciones": uno sirve a los hijos, a la pareja, de esta forma se complace al Maestro espiritual, que a su vez sirve a su Guru... así hasta llegar a Krsna; o sea, ¡si uno sirve a su familia, sirve a Krsna!

No creo estar diciendo tarugadas, sólo quiero compartir que mi corazón está loco de contento; que me endulzo la visita de mi Guru; que me llenó de alegría verla en sus brazos y le diera su bendición; que el Tilak en su frente me removió el alma y me sacudió los miedos; que estar tan cerquita de la Deidad, dentro del altar, con el duende en mis brazos y Gurudeva tomando su mano... ("Vamos a donde Krsna, Pyari" lo escuché decirle) y con alguien más en el pensamiento, me hizo sentir como renovada.

Esa marca de arcilla que lleva ella en la frente nos identifica como Vaisnavas (sirvientes de Visnu), que a sus Pies de loto está Tulasi...

Como siembre, debo dejar esto inconcluso... el deber me llama.

sólo por restar un poco de abandono... (1)

Advertencia: esta cosa es rosa y pegajosa.

Sucede que, pegándole al medio día, me dieron ganas de cantarle a la Luna "porque alumbra, nadamás, le canto porque ella sabe de mi largo caminar"... ¿Por qué? No sé, tal vez se debe a esta maldita costumbre de romper promesas.

Sucede que la humanidad se repite y todo está dicho; que a veces el pasado pesa; que a veces los recuerdos queman; que suele la luna influir sobre las aguas, y soy un lago dizque de aguas serenas; suele la luna iluminar a los amantes y por eso yo prefería amanecer sola.

Recuerdo que hace tiempo (mucho) noté que ella estaba como enganchada a mi espalda, tal vez a mis alas y, entonces, la convertí en motivo y quise adueñarme del cielo...

Sucede que a veces el pasado me recuerda que la luna no me pertenece, y que antes de nosotr@s iluminó a much@s otr@s, pero (aquí es donde vuelve la cosa linda) como ya he dicho, su nombre significa Luz de luna.

(hablando de... hoy sale temprano, así que hago una pausa)
Hay batalla dentro,
lo intuyo por el ardor
que deja la lucha
entre ambos hemisferios.

Uno se va a los extremos
del sentimiento
el otro pendula
racionalizando, justificando.

Intenta salvarme,
-entiendo-
pero me agota.

Ya no sé qué levantar
para esconder;
está en todas partes,
muy a ras de suelo
y de cerebro
a flor de piel
como beso o como herida.

Hoy se me murió otro pedazo.

Eran las 2:44, pero la hora no terminaba de llegar. Yo quise estar con él, acompañarlo, ser lo último que vieran sus ojos detrás de las cataratas. Pero no pude, tal vez me faltó valor; tal vez me sobró deseo.

Antes de salir, apresurada, puse en la balanza 12 años 4 meses de recuerdos, frente a dos horas (o menos) de presente. Al final (desde el inicio) pesaron más las dos horas.

Casi al terminar mis ni siquiera dos horas, traía encima media copa de vino, un pedazo de chocolate, un poco de chile, media bocanada de humo reciclado y una taza de café (de a de veras). Ahora, que el día termina y hace rato que pasó el efecto, sé que cuando llegue ya no encontraré el viejo tapete que me hacía tropezar.

Intento pensar en el patio sucio, el pantalón mojado con casi medio litro de baba antes de salir (con el tiempo encima) a trabajar, trato de pensar en los quejidos con los que intentaba llamar la atención. Intento... pero algo me duele en el estómago, tal vez la ausencia, tal vez haber sido yo quien decidiera y resolviera.

Me duelen las muelas, debe ser el llando aferrado a ellas. Era lo último que me quedaba de mi (también muerto) mejor amigo; nació en casa, el 16 de noviembre del 97, murió en casa, el 22 de marzo de 2010.

Le agradecí todos sus años y lo amenacé con un próximo encuentro, tal vez en la vida que sigue.

Ojalá que con el día se acabe la tristeza.

P.D. Pedacito de incertidumbre: (si me lees) Gracias por no dejarme llorar.

Vuel(v)o a casa...

Vuelvo a casa y por la ventana entra el lago pavimentado; sobre él pululan luciérnagas eléctricas, soledades (muchas) fluyen sobre el lecho de los arrollos vehiculares; no hay pajarillos, pero el micro de la derecha trina al son de La Cucaracha.

En los árboles carentes de raíz y alámbrico follaje, cuelgan los tenis de algún cristiano, o testigo, o mormón, o quién sé yo (si el hijo de mi mejor amigo hubiera usado tenis, tal vez, hoy, ahí estarían, también, colgados).

Sobre el lago ya no hay una nata de lirios acuáticos, sino, un poco más arriba, una de radicales libres y partículas suspendidas que nos oxidan.

El hambre no llora en las panzas, sino en los ojos de los niños-axolotl que sividen la vida en lo superficial del paradero y la profunda humedad de las tripas de la ciudad.

Vuelo a casa. Detrás queda la triste y caótica ciudad que hoy se alimentó de mi tristeza.

Me levantó el deseo

Esta noche tengo ganas de escribir, Poesía,
contagiarme del fervor de los versos;
abrazar la cadencia rota de tu respiración.

Esta noche tengo ganas de perderme, Poesía,
en tu mar de palabras, sin metro ni rima;
salvar la distancia entre tú y yo.

Estan noche tengo ganas de hablar, Poesía,
decir que en tus labios mis sueños se esfuman;
vestir de silencio nuestra comunión

Esta noche tengo ganas de sentir, Poesía,
de soñar, cantar y estallar.

Esta noche, Poesía, tengo ganas de ti.

El tiempo, que vuela, me acompaña.

Hace mucho, muuuucho tiempo desde la última entrada. Podría decir que no me da tiempo de mirar hacia atrás, pero tampoco es necesario (decirlo ni voltear), todo lo que me hace falta, para caminar, está frente a mis ojos; ellos han aprendido a discriminar y sólo ven lo que me conviene... lo demás, no importa.

En el escritorio poemas pendientes, trabajo, fotografías; un cúmulo de tareas ansiosas, lecturas intermitentes... tampoco importa. Por fin parece haber llegado el tiempo de organizar mejor los tiempos.

El Silencio aguarda, paciente. No puedo iniciar nada nuevo hasta que no haya terminado con él; no siente celos de lo que me asecha, a final de cuentas, me tendrá de nuevo... me tiene siempre. Qué más da si me distraigo un poco intentando un poema, o un cuento, o perder el tiempo; soy suya, lo sabe.

Hace varios días (bastaaantes) me puse a pensar, a sentir:

Lo prefiero, sí, como nítida silueta,
detrás de los cristales empañados
por la bruma del bosque verde;
lo prefiero, sí, cual falsa ausencia,
disfrazado de silencio...

Decir que no está,
fingir que no existe,
protegerme-erlo-ernos.

Nadie podrá decir: te lo dije
puesto que nada saben,
saben los que deben,
y los que deben
no se atreven a decir.

Yo soy feliz con mi Silencio,
su silencio,
nuestra soledad.

Sólo, solo, sola, solos
lo prefiero.

***

La luna está en el cielo
y su Luz me acompaña cada paso
yo me invento historias
que coinciden todas
con mi realidad.

Me sirve engañarme
creer que me engañan
y esperar.

La luna es un cuerpo
-celeste-
que carece de luz propia
su Luz es un reflejo.


Sucede que no tengo claro que intento decir, no hay un borrador. Sucede que me amordacé el corazón. Sucede que tengo la garganta llena de palabras lindas. Sucede que estoy tan atareada que escupo tarugadas. Pero estoy contenta, sigo contenta, feliz de ver correr el tiempo.

UTOPÍA




He soñado.
Te he soñado.
Despierto…
no estas.
Casi lloro
…pero no
…espero
…me conformo
con estos entes de ficción
que nos hemos inventado.

Este par de corazones rotos
que al chocar
…se hicieron pedazos

Se reconocen…
se recogen
se confunden y
-según-
se reconstruyen

A punto del mes, intento recordar a la que era antes de que tus ojos me cambiaran la vida, me hicieran tragar muchas de mis palabras… buscaba entre los escombros algo que me hiciera recordarme; encontré algo sin mucho sentido, pero harto sentimiento: “ Te juro, por todo lo que se te antoje, que pensaba quedarme, no mover nada de lugar, no verme escapar de entre mis propias manos… pero estoy, como dijo el Rot “todo el tiempo yéndome, como agua de río”; resulta que no sé quedarme, que no sé estarme quieta, si permanezco me desespero y si no estoy, a veces, siento que me muero. Mientras veo, siento, cómo las cosas crecen, cambian y se mueven, no puedo detenerlo, no quiero.
Extraño el tabaco, las ganas de escribir y el sabor del café. Cuando necesito regresar, bajo a la cocina, dispongo la hervidora, machaco los granos, espero cinco minutos y tengo una taza de recuerdos desteñidos, sin cuerpo ni aroma… pero el alma se conforma.
Entonces el dolor trata de mudarse de apartamento, retrocede unas calles, pero también es un cuarto piso.”

En realidad todo parece un sueño… ya no extraño el cigarro; podría pasar la vida, recordando, hundiéndome en tus pupilas que aún no saben nombrar el mundo.