otro domingo, con mucho sol

Escribo los domingos, en la noche, una vez que el duende se durmió... escribo los domingos porque me gusta creer que iré a dormir temprano; escribo los domingos porque estoy dizque tranquila, porque aún no comienza la Temporada y a esta hora estoy en casa; porque se supone que es el último de los siete y el siguiente es comenzar de nuevo y esperar a que termine el miércoles y otra vez ya no poder más.

Hoy escribo porque estoy contenta, tranquila, apasiguada. Amo que las cosas estén como están, que hayan sido como fueron, que sean como tengan que ser, como yo quiero, como él quiera... amo que sea tan despistado, tan distraido; que consiga alterarme con alguna tontería, que logure estremecerme con alguna nimiedad.

Amo ese par de abismos negros, deboradores, en donde los días terminan de consumarse, de consumirse... adoro ese abrazo que me pongo cada noche; amo nuestros cambios de opinión; amo la flexibilidad que nos hace perder el equilibrio, la que me zambute en la boca palabras que un día dije.

Amo esta desquiciante sensación de sentirme como me siento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario