La buena esposa.

“Una ama de casa o dueña de casa es considerada en la cultura occidental tradicional como la mujer que tiene como ocupación principal, el trabajo en el hogar con los quehaceres cotidianos tales como el cuidado de los hijos, la limpieza de la casa, la compra de víveres y otros artículos, la preparación de los alimentos, la administración parcial o total del presupuesto familiar, y un largo etcétera.” ¹

Hasta hace un par de meses fui maestra de prepa y secundaria, pero por motivos que ya he platicado antes, eso se acabó; se cerró el ciclo y me quedé a jugar a la casita. No soy una ama de casa nada convencional… tiendo a ser distraída y cero organizada, lo que se diría dispersa, pues… no estoy acostumbrada. Mis papás me prepararon para ser profesionista, y medio olvidaron la formación propia del rol femenino, así que ahora tengo que arreglármelas como puedo: experimentar en la cocina, evitar que se acumulen los trastes sucios, mantener limpia la ropa del duende, tratar de que la sala no parezca un campo de batalla, lavar cuando haga falta y planchar en el momento, no olvidar los zapatos a medio paso… creo que lo que más me cuesta es dejar las cosas en su lugar, de veritas que lo intento, pero no termina de salirme y, en el camino, suelo provocar disgustos, jajajaja (y la risa es de nervios, no vayan a creer otra cosa), y además tengo tarea, un chooorro de tarea.

Hace algunos años me fui a estudiar psicología a Pachuca, mientras esperaba resultados satisfactorios de la UNAM. Y allá, en el CENHIES, conocí a uno de mis mejores amigos: Francisco Baca; un día me regaló un cassette con rolitas que, según él, me describían, como Ella no dice nada , de Facundo Cabral. Quién iba a decir que desde entonces traía yo en la frente a esa alguien que yo ni de lejos sospechaba y que ahora tararea tan a menudo:

Ella no dice nada sólo cocina
vaya a saber la causa
vaya a saber la causa
vaya a saber la causa
de su alegría

Ella no dice nada sólo sonríe
cuando en lugar de sopa
sirve jazmines

Ella no dice nada
lava y suspira
y aveces hasta vuela
de distraída

Ella no dice nada
pero se entiende
Porque se pasa el día
teje que teje

Y cuando ando en esas de doblar la ropa o servir jazmines en vez de sopa, sucede que me vienen a la cabeza un montón de ideas; no sé si se deba a que el agua me relaja cuando lavo los trastes y al verla escurrirse por la tarja, me fluyen fábulas, cuentos completos. Supongo que es porque mi mente trata de evadir las labores domésticas, o porque no sé hacer nomás una cosa a la vez, o porque mi gusto más grande es escribir y perderme, diluirme, trastocarme, trasnformarme, debilitarme, transitarme, convertirme, fortificarme, mentirme, transitarme…



Todo esto para platicarles que en la sección de La buena esposa , van a encontrar el producto de esos pensares, pura ficción que me sirve de desahogo y ejercicio mientras le agarro la onda a esto de cumplir a pie juntillas La guía de la buena esposa.



Para inaugurar la gategoría, aquí les dejo esto que me publicaron en Sea breve, por favor :  

MUJER CASADA

Hay una voz interna
que me habla de usted
y me dice, muy bajito:
me he acostumbrado a su cuerpo.


2 comentarios:

  1. Ojalà puedas regresar a tu vida, regresar a ti misma. Despuès de cumplir o no, con esos roles de la època de trucutù.

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  2. Hola, Silvestre. Muchas gracias por tu comentario con buenos deseos... por su puesto que de alguna manera esta entrada es una burla (sobre todo el video de la Guía de la buena esposa)... me resisto a creer que en algún momento de la vida las mujeres actuaron de esa forma. Ahora me siento feliz de que las cosas "sean distintas" y no extraño nada de lo que fui antes de ser mamá, supongo esa es la razón por la que no podría ser como antes. Lo que sí es cierto es que cuando estoy de hacendocita se me ocurren muchíiiisimas historias.

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