Ketzalli: México DF, 1982.
Estudiante de Lengua y literaturas hispánicas (UNAM). Hace mucho, mucho tiempo, comencé a escribir, pero hace muy poco que comencé a formarme como escritora. Y de eso me di cuenta porque hace mucho más poco tiempo alguien me dijo: “es lo único que tomas en serio” (y tal vez sea cierto).

No sé cuándo me convencí(eron) de que, en algún momento estas cosas llegan a ser útiles, aunque aun no logro descifrar para qué. Primero te preguntan si tienes blog, luego, que por qué no. Y si no, pos entonces te piden reseñas biográficas para hablarle de ti al mundo. Y qué puede hacer uno en esos casos. Cómo defenderse de semejante ataque. Y a estas dos interrogantes sigue una enooooooooorme lista... Quién soy. De dónde vengo. Para dónde voy… Por qué escribo... bla… bla… bla…
Hablar de mí, sin comprometerme al mismo tiempo, es imposible; siempre estoy diciéndome y desdiciéndome. No termino de ponerle punto a una oración cuando ya la siguiente está proponiendo una coma.

Si por un lado estoy yo tratando de venderme una nueva convicción, por el otro lado sale otra yo para hablarme de lo patética que resulta esa idea. Y esto podría bien resumirse en un poema de Oliverio Girondo que, según yo, también habla de mí, o por lo menos retrata a la que estoy intentando ser ahora.

Así que no intento conocerme, ni descifrarme, ni entenderme, ni siquiera intento convencerme. Soy sólo uno de los muchos reflejos de mí misma.

Una costumbre que se tiene en este mundo de las letras publicadas (por lo menos en las impresas) es dedicar la obra a alguien… Así que: ¡Que Dios reparta suerte y... ¿Va por ustedes?!

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