Termina la Temporada Grande en la Plaza México, con festejo en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

La Temporada Grande 2010-2011 terminó hoy con una histórica corrida. En los veinte festejos se entregaron treinta y tres orejas, un rabo al matador Julián López, “el Juli” y el indulto de Guadalupano, por Sebastián Castella. Esta última tarde fue en conmemoración del día internacional de la mujer, y participaron Maripaz Vega, Hilda Tenorio y Lupita López.

De entrada, un festejo femenino, más allá de la equidad de género, representa una extraña contradicción, para no caer en especulaciones, me limitaré a citar a Pepe Malasombra, quien, a su vez, en Misterios del señor negro (taurosofía) cita a George Bataille:

“LA TRANSGRESIÓN DE LO INTERDICTO

Cualquier ruptura de las formas es una provocación. George Bataille, asimismo, llegó a definir el erotismo como “la transgresión de lo interdicto”. Es decir, “la violación de lo establecido”. De lo que se infiere que provocación y violación, sumados en un acto erótico, dan como resultado un hecho de morbo (entiéndase como aquello que perturba los sentidos y que suscita curiosidad enfermiza). Y, sin duda, un hecho de morbo es un atractivo para las masas.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con el ritual táurico?

Nada, cuando el intérprete, el torero, es como tal un hombre: un sujeto que sigue la tradición de los conceptos y las formas y, por tanto, no viola lo establecido, los cánones litúrgicos de lidiar, torear y matar toros bravos. Sin embargo, cuando el “torero” es una mujer la respuesta cambia. (. . .)

El hombre, por naturaleza, tiende a ser un creador, fincando en tal hecho su inmortalidad; la mujer, también por naturaleza es creadora y, también en ello finca su inmortalidad. Sin embargo, en la creación de uno y otra es donde radica la diferencia.

La mayor creación de la mujer es, indudablemente, la de dar vida, como la tierra que da sus frutos inmortales para la continuidad de la especie; el hombre, en cambio, al carecer de tal naturaleza, su mayor creación no puede ser otra que la artística, que lo pone a la altura de las divinidades celestes e imperecederas, ya que su obra lo trasciende a sí mismo. Y la tauromaquia, al ser un arte que se fundamenta en la muerte, condena a la mujer -la que se viste de luces- a la contradicción.

Empero, cualquiera, sea hombre o mujer, tiene la libertad de ir contra su propia naturaleza. Y así sucede con algunas matadoras que han causado sensación -mórbida, ciertamente- en toda la geografía taurina. Y no porque transgredan se les puede señalar como malas toreras, no -aunque tampoco se les puede juzgar igual que un torero por el simple hecho de que su naturaleza es distinta-, pero sí como un fenómeno que provoca expectación en las masas, ansiosas de hechos insólitos y que tiene poco que ver con el ritual taurino.”

Como verán, esto no tiene nada que ver con que si la mujer tiene la fuerza o no, con que si puede o no realizar un “trabajo” usualmente masculino, sino, únicamente, con su capacidad de ser madre. Es probable que este argumento se interprete, a menudo, a la ligera, pero el trasfondo es mucho más complejo y tal vez en otra oportunidad vuelva a acudir a él.

Ahora, pues, retomo: para celebrar el Día Internacional de la Mujer, la Monumental Plaza de toros México ofreció un cartel histórico: una corrida cien por ciento femenina. Nunca antes en esta plaza una mujer había dado la alternativa, ni otra había atestiguado la licenciatura de otra compañera.

A las 4.30 de la tarde, comenzó, bajo una lluvia de confetis, el paseillo, encabezado por la española Maripaz Vega, la alternante Lupita López y la desmonterada Hilda Tenorio, quien recibió la alternativa, hace poco menos de un año, de manos del matador Manolo Mejía. Parte de la entrada de esta tarde, será donada a la Fundación Mexicana de Fomento para la Prevención Oportuna del Cáncer de Mama.

El primer astado en salir por la puerta de los sustos fue Milagroso, con el número 38, de 478 kg., un cárdeno, botinero,bragado y girón, que lucía la divisa gris, blanco y rojo, propia de La punta a quien Lupita recibió con un farol de rodillas. Las primeras palabras de Maripaz, a la hora de cederle los trastos, fueron: sé que has sufrido mucho por estar aquí, y espero que tengas mucha suerte hoy y siempre… Lupita consiguió una oreja y los aplausos que recibió en su vuelta al ruedo, opacaron la pobre entrada que recibió la plaza.

Después, la moreliana Hilda Tenorio, enfundada en un terno negro con pasamanería rosa y oro, recibió a Cominito, un toro entrepelado, nevado y bragado, de 490 kg. que salió suelto de todos los pases y a quien no pudo cuajarle la faena. Decía al inicio que hizo el paseillo desmonterada, porque esta fue la primera presentación que tuvo después de haber recibido la alternativa.

En tercer lugar entró Maripaz vega, en un vestido vino y azabache, para recibir al de Jesús Cabrera, Kicapu, un cárdeno, nevado, bragado de 483 a quien le cortó las dos orejas.

Hilda le brindó su segundo astado, Zapalinamé, Hilda Tenorio, a Maricela Morales (subprocuradora de la SIEDO) y escuchó un aviso. Luego volvió al ruedo Lupita, por Zarape, el sexto de la tarde, un negro bragado de 505 kg., y después de recibir el tercer aviso, se convirtió en el primer toro que no murió en el tiempo reglamentario (esta temporada), aunque no fue devuelto a los chiqueros. El último toro fue Palomino, que regaló Hilda, aunque desafortunadamente tampoco pudo hacer mucho y también recibió un aviso.

Datos curiosos:

En esta tarde, contrario a lo que sucedió en las 19 anteriores, ninguno de “los matadores” pinchó, aunque no hayan logrado (en todos los casos) hacer doblar al toro con el estoconazo y hubo varios pinchazos. O sea, parece que son mejores matadoras que sus colegas masculinos.

Karla Sánchez , mexicana, es la única rejoneadora con alternativa en el mundo, la recibió de Carlos Arruza.

En fin… ¿qué más se puede decir al respecto? Les comparto un pasodoble dedicado a Cristina Sánchez, que en algún lugar dice: cuando coges la muleta se enamora el mismo sol…

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